¿Hay algo peor que un niño llorando toda la noche? ¡Pues sí! El tipo del “soplahojas” por las mañanas. Que llevas toda la noche sin pegar ojo (más ahora, con el calor) y cuando por fin impera la calma y el fresquito del amanecer empieza a entrar por la ventana… ¡Te despiertas dentro de lo que te parece un aspirador gigante! ¡Pero bueno, por favor! ¿De verdad hay que soplar hojas a las 8 de la mañana? ¿Qué pasa? ¿Que si esperas a las 10 ya no se puede? “Anda, pues venía a soplar hojas, pero no hay ninguna”, “Sí, es que ya se han ido a desayunar, ¡que no son horas!”
