Biografía de Beethoven para niños + audiocuento gratis

Biografía de Beethoven para niños

“Beethoven, el músico sordo” es una biografía de Beethoven para niños narrada como un cuento, en la que los peques se podrán aproximar de manera sencilla a los episodios más relevantes de la vida del compositor. ¡Aprenderán un montón de historia de la música mientras se divierten!

Puedes leerle directamente a tu peque el cuento que encontrarás más abajo o invitarle a escuchar esta biografía de Beethoven para niños en su versión en audiocuento, un montaje que mezcla narrativa y teatro, musicalizado con las más famosas piezas del compositor. ¡Os va encantar!

IDEA ORIGINAL: Cristina Rodríguez Blanco
GUIÓN: Elena Lostalé
REALIZACIÓN, EDICIÓN y MONTAJE: Elena Lostalé
MÚSICAS: CC 3.0: Violin Sonata No. 9 in A Major, por Corey Cerovsek, violin; Paavali Jumppanen, piano;  Beethoven – Bagatelle op.119 nº9, por Circus Marcus.
 Música CC 0: Sonata no. 15 in d major, op. 28 ‘pastorale’ – i. allegro y Horenstein 9. Beethoven Pantheon XP 2250 – 2. Satz.flac (Wikimedia);  Pathétique – Sonata para piano n.º 8,  Claro de luna,  Para Elisa y  Oda a la alegría (La música gratis).

VOCES:
Elena Lostalé NARRACIÓN, MADRE BEETHOVEN, RECEPCIONISTA, BEETHOVEN NIÑO, CONDESA, HOMBRE 1, MUJER 2, BEETHOVEN, MUJER 3, JOSEPHINE.
Jor L MOZART, HOMBRE 2
Álvaro Ribagorda PADRE BEETHOVEN,
Celia You: ELISA

Si prefieres leérselo directamente también es una gran idea. A continuación puedes encontrar la biografía de Beethoven para niños en su versión para leer. ¡Y puedes poner de fondo esta música de una de las obras más reconocidas: la Sinfonía Heróica!

Biografía de Beethoven para niños: Beethoven, el músico sordo

Ludwig van Beethoven nació en la ciudad alemana de Bonn en 1770, hace más de 250 años. Su familia descendía de campesinos, pero su abuelo decidió hacerse músico. Johann, el padre de Mozart siguió sus pasos y también se convirtió en músico. ¡Y quiso que su hijo también se dedicara a la música! Pero no solo eso: quería que Beethoven se convirtiera en un niño prodigio, como lo había sido el pequeño Mozart. De manera que Johann enseñó a Beethoven a tocar el clarinete, el órgano y el piano desde muy pequeño.

– Ludwig, cariño, ¿puedes dejar de tocar la flautita, que me duele la cabeza? -se quejaba su mamá.
– ¿¡Flau-ti-ta!? ¡Pero María! Es un clarinete del taller del mismísimo Jóhann Sebastián Denner -respondía el papá de Beethoven.

La mamá de Beethoven estaba enferma y pasaba mucho tiempo en la cama. Eso hizo que el padre de Beethoven cultivara aún más su obsesión: deseaba con todas sus fuerzas que su pequeño fuera considerado un niño prodigio. Así que cuando cumplió siete años, su padre le consiguió su primera actuación en público. ¡Sería en la importante ciudad de Colonia!

– ¿Nombre del pequeño artista? -preguntó la secretaria del mostrador de inscripciones.
– Ludwig Van Beethoven, señora -repuso el papá de Beethoven.
– ¿Edad? -indagó la secretaria.
– Siete año… ¡AY! -comenzó a decir el pequeño Beethoven, pero un fuerte pisotón de su papá le interrumpió.
– Seis. Seis años, tiene, el niño -corrigió el papá.
– Uh, eres todo un niño prodigio, entonces -canturreó la secretaria mirando al pequeño músico por encima de sus redondas gafitas.

Efectivamente. Para que Beethoven pareciera más prodigioso, su papá mintió sobre su edad. Y todo el mundo le creyó. Por eso siempre se pensó que el músico era más joven de lo que en realidad era. Aún así, Beethoven era un genio. Desde muy pronto comenzó a tomar clases de música con importantes maestros y, con tan solo 11 años, compuso su primera obra musical, titulada Nueve variaciones sobre una marcha de Ernst Christoph Dressler. Y se la dedicó nada menos que a la condesa Wolf-Metternich.

– Ooooy, me encanta. ¡Me encanta! Qué niño tan adorable -aplaudía la condesa Wolf-Metternich, y ordenaba: – ¡Que le den un caramelo!

Un año después, Beethoven fue contratado para tocar la viola en la orquesta de la corte del príncipe elector de Colonia Maximiliano Francisco. En esta época ya eran muchos los entendidos musicales que le comparaban con Mozart. ¡Sin duda el papá de Beethoven se había salido con la suya! Con 17 años consiguió viajar a Viena, que por aquel entonces era una corte que atraía a los más ilustres compositores del momento. Se cree que en Viena Beethoven conoció al mismísimo Wolfgang Amadeus Mozart.

– Recuerden su nombre, este joven hará hablar al mundo… -aclamaba Mozart.
– ¿Con quién hablas, Amadeus? – preguntaba su mujer.
– No, con nadie, Constanze. Total, dentro de dos siglos dirán que si todo esto no pasó,
que si es una leyenda… – se quejaba Mozart en tono burlón, muy indignado.

Sin embargo, pronto sobrevino la desgracia. La madre de Beethoven enfermó de tuberculosis y murió. El padre enfermó de tristeza, comenzó a beber mucho alcohol y acabó en la cárcel. Entonces Beethoven se hizo cargo de sus hermanos y comenzó a trabajar tocando el violín en una orquesta y como profesor de piano. Cuando su padre murió, regresó a Viena y su fama no hizo más que crecer. La corte, la nobleza y la Iglesia valoraban mucho la música de Beethoven y le ayudaron a conseguir su sueño.

– Ooooy, me encanta. ¡Me encanta! Qué chico tan virtuoso. ¡Que le paguen todo lo que él quiera! –aplaudía la condesa Wolf-Metternich.

Pero la mala suerte volvería a visitar al compositor: cuando cumplió 26 años, Beethoven comenzó a escuchar unos extraños zumbidos que provenían del interior de su oído. Dos años después, el extraordinario músico y compositor comenzó a quedarse sordo. ¡Imaginaos lo dramático que fue! ¡Un músico no puede ser músico si se queda sordo! Pero Beethoven era un auténtico genio. Este hecho no le desanimó y compuso sus obras más importantes en los años en los que avanzaba su sordera.

– Beethoven, ¿tienes ya lista tu Segunda sinfonía? – le preguntaba un amigo.
– ¿Qué diceeeees? ¿Que la comida está inmunda este mediodía? ¡Pues a mí que me traigan un bocata de lomo! -respondía Beethoven, quien cada vez oía peor.
– SIN-FO-NÍA. SE-GUN-DA SINFONÍA -gritaba su amigo.
– ¡Ahhhh! Vale, nada, oye… si van a ir a la pollería, pues que sea de pollo… ¡Con queso! -zanjaba Beethoven.

Sin embargo, aunque esta enfermedad no afectó a su virtud artística, sí lo hizo sobre su ánimo. Beethoven se convirtió en un hombre gruñón y de mal genio. Este cambio en su carácter, sumado al inicio de una época de revoluciones en Europa, hizo que su música dejara de ser fresca y ligera y se convirtiera en épica y turbulenta. En estos años compuso Sonata Patética, Claro de luna o Sinfonía Heróica.

– Es un maestro, fíjate con qué presteza mueve los dedos -susurraban los espectadores que acudían al auditorio a escucharlo tocar.

– ¡No hablen si lo que tienen que decir no es mejor que mi música! -regañaba Beethoven, entonces, cerrando de un golpe la tapa del piano.

Otro problema se le presentó al compositor: el mal de amores. Beethoven se enamoró de la condesa Josephine Brunswick, una joven viuda que también estaba enamorada de él. Sin embargo, en aquella época estaba muy mal visto que los miembros de la nobleza se casaran con gente vulgar, de manera que se tuvieron que separar.

– ¡Pero Josephine, cariño, no puedes abandonarme! -suplicaba Beethoven.
– O sea, Ludwig, yo te quiero mucho y todo eso, ¿sabes? pero es que la gente de MI clase no puede juntarse con el populacho. ¡Imagina el escándalo!
– ¿EEEHH?
– EL-ES-CÁN-DA-LO -repetía Josephine.
– Eso da igual… ¡Olvidémonos del qué dirán, amor mío! -insistía el músico.
– Ya, claro, te dará igual a ti, que te estás quedando sordo y no lo oyes…

Cuando Beethoven tenía 38 años conoció a Elisabeth Röckel, una cantante alemana. Y se hicieron muy amigos. Tanto, que el músico compuso para ella una de sus piezas más conocidas. Se llamaba “Para Elisa”.

– Jo, Ludwig, cómo te lo curras. ¿De verdad es para mí? -exclamaba Elisabeth.
– Para ti, sí. Para Elisa -repetía Beethoven con solemnidad.

En los años siguientes, y a pesar de que su sordera iba en aumento, Beethoven compuso importantes piezas musicales, entre ellas la sinfonía número 5, conocida como la Oda a la alegría.

A partir de este momento, Beethoven no paró de componer maravillosas obras maestras de la música, a pesar de que cada vez ofrecía menos conciertos frente al público. Además, cada vez tenía menos dinero. Se planteó, entonces, abandonar Viena. Para evitar que se marchara, dos príncipes, que eran grandes admiradores de su música, le pusieron un sueldo anual ¡de 4.000 florines!

– Ooooy, me encanta. ¡Me encanta! ¡Este hombre es un auténtico GENIO. ¡Que lo llenen de oro! -aplaudía la condesa Wolf-Metternich.

Gracias a ello, Beethoven se convirtió en el primer artista y compositor independiente de la historia, pues todos los músicos eran sirvientes en las casas de los aristócratas. Hasta ahora. Beethoven puso como condición poder crear las obras que ÉL QUISIERA. Y así vieron la luz obras como La victoria de Wellington y su Séptima y Octava sinfonías… y la Novena: su último gran éxito. Beethoven tenía 52 años.

Beethoven pasó sus últimos años en soledad. Su sordera casi le impedía totalmente, los príncipes le habían retirado el salario y casi no tenía dinero, su salud empeoró y tan solo mantenía el contacto con un puñado de amigos. Beethoven ya no oía y casi no comía. Su enfermedad se agravó y murió con 56 años, a causa de un fallo en el hígado. Moría así uno de los mejores músicos y compositores de música clásica de todos los tiempos.

«Aplaudid amigos, la comedia ha terminado» -decía Beethoven.

Descubre más biografías de personajes históricos para niños

Si te ha gustado esta biografía de Beethoven para niños, puede que te interese descubrir otras historias, para leer y escuchar, de personajes históricos. Los niños alucinan con Cleopatra, la última reina de Egipto“, un cuento en el que se narra la emocionante vida de la reina entre las reinas y su caída a manos del imperio romano.

Si tu peque es más de ciencia, disfrutará a tope con la biografía de Marie Curie, un cuento en el que se habla de la vida y los grandes descubrimientos de una de las científicas más importantes de la historia. Te invitamos a descubrir Marie Curie, la extraordinaria científica” en sus versiones para leer o escuchar.

:pam: ¿Te ha gustado esta biografía de Beethoven para niños? Te invitamos a compartirla con otros mamás o papás, o con el profe de música de tu peque. ¡Seguro que les encanta!

Imagen fondo: Teatro (Freepik)